La piloto María de Villota, que sufrió un accidente en el aeródromo de Duxford en
el que perdió el ojo derecho, vuelve a sonreir. Este domingo cumple 33
años y afortunadamente vive para contarlo. La piloto se ha mostrado
sincera en un entrevista para las Noticias del Fin de Semana.
Enfrentarse al espejo fue la prueba más dura pero ahora afronta con
optimismo su futuro.
El recuerdo del accidente está muy vivo, "lo recuerdo todo, el
volante, ruedas, cómo estaban colocadas mis manos... es como si todo
pasara a cámara lenta". "Como lo viví desde dentro no tengo una visión tan terrible
como se percibió desde fuera. Lo concibo con calma". "No tuve miedo a
morir, nunca sentí que estaba en ese peligro", explica con una sonrisa.
"Para mí es inconcebible el no conducir"
Después de más de seis meses, María no ha vuelto a conducir aunque
"lo estoy deseando. Llevo conduciendo un fórmula desde los 14 años. Para
mí es inconcebible el no conducir".
La prueba más dura llego con el enfrentamiento al espejo. "Mirarse al espejo fue tremendo. Yo no sabía que estaba tan mal
como realmente estaba. Entre las cicatrices, el ojo... bueno el no
ojo... parecía 'El Último Mohicano'. Y yo pensé para dentro... y lo dije
un poco en voz alta ¿quién me va a querer a mí?".
Sin embargo, Maria de Villota afronta su futuro con mucho optimismo.
"Mi visión de la vida ha cambiado 180 grados". "Todas estas cicatricews
en la cara, incluso la pérdida de mi ojo derecho, reflejan realmente
quién es María de Villota... un guerrera".
Villota también ha querido responder a las preguntas de los
espectadores. Confiesa la piloto española que "hace años tuve una multa
por exceso de velocidad, aunque ya no le volverá a pasar". También
explica que sabe cambiar una rueda y lo más importante "pienso seguir
vinculada al mundo del motor y además trasladarlo a la seguridad vial. Creo que es una forma muy bonita de colaborar".
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